Compañero del motor, hijo bastardo de la gasolina y el metal, azote del asfalto, dueño y amo del tacómetro… tú que haces de las motos tu religión, por fin tienes una alternativa mucho mejor que un funeral vikingo, un funeral Harley Davidson. Eso es lo que te propone el alemán Joerg Grossmann con su modificación extrema de Harley en moto fúnebre. Lástima que Axel Rose no tuviera una de estas para November Rain.
Sí, esta moto funeraria está disponible para tu último viaje. Desafortunadamente no te saldrá barato, unos 1.600 dólares, y además tampoco terminará como te hubiera gustado, lanzándote al vacío en llamas.
Bueno, esto último sí es posible si en vez de alquilarla desembolsas los 78.000 dólares que cuesta la moto, cosa que han hecho ya 10 clientes, aunque posiblemente no para inmolarlas con un cadáver sino para crear su servicio de pompas fúnebres moteras.
Siguiendo esta estela de funerales temáticos, todo un nuevo mundo de posibilidades se abre ante nosotros. Además, ¿por qué quedarse solo con variar el transporte? Funerales en App Stores, fosas comunes en campos de fútbol o esparcir tus cenizas en el kebab al que siempre vas (y de paso convertirte en ingrediente)
Es más, viendo los precios, lo mismo tienen éxito los funerales esponsorizados… ya lo estoy viendo, obesos mórbidos con Ronald McDonald de cura, ataúdes con más pegatinas que un coche de fórmula 1 y un coro versionando requiems con éxitos veraniegos al lado de un puesto lleno de CDs. Que ganas entran de morirse oiga.
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