Ayer se llevo a cabo el evento de
Apple en el Yerba Buena Center en San Francisco.
La estrella de la sesión era indiscutiblemente el iPhone5 pero no fue el único dispositivo que se presentó. Tradicionalmente el evento Apple de otoño ha estado ligado a la música y no podía faltar una especial atención a los dispositivos que revolucionaron la empresa hace 9 años.
La gama iPod recibió una completa renovación que a continuación te detallamos de la mano del nuevo iPod touch.
En el principio algunos se refería a él como “un iPhone con el que no puedes llamar por teléfono” y es que las primeras generaciones del iPod touch (ya vamos por la quinta) eran muy deudoras del dispositivo móvil estrella de Apple.
Ahora no es que todo haya cambiado pero si en algunas cosas (pantalla) se evoluciona en paralelo con el smartphone recién presentado, en otras (aspecto exterior) ha quedado patente la diferencia.
Empezando porque al prescindir de la parte de hardware dedicado a la telefonía se permite una mayor reducción del grosor, y con ello obtenemos una estética diferente, que termina de marcar las distancias con un abanico más amplio de colores en las carcasas, más allá de los tradicionales negro y blanco del iPhone. Aquí la gama cromática del iPod touch emparenta más con los colores vivos y desenfadados habituales de sus parientes más cercanos, los iPod nano, de los que te hablaremos en otra entrada. En ese rediseño aparece un curioso apéndice destinado a una pequeña correa de sujeción denominada Loop, destinada a evitar caídas inoportunas.
Junto a esta correa es digno de mención la aparición de un nuevo tipo de auriculares, bautizados Earpod, y que son fruto de profundos análisis sobre el canal auditivo en el que se insertan y la forma de emitir el sonido para garantizar por un lado la adecuada reproducción de contenidos en audio pero también que no se bloquea la llegada de sonidos procedentes del exterior para no aislar excesivamente al usuario y que se entere de si un coche hace sonar el claxon mientras va a cruzar la calzada.
Entrando en las características técnicas, la primea diferencia, y suponiendo una revolucionaria ruptura con las cuatro generaciones anteriores, lo que más llama la atención es la nueva pantalla Retina de 4″, como decíamos al inicio, fuertemente influenciada por el nuevo rumbo que en este sentido traza el iPhone5. Una pantalla que no llega a encajar del todo en el estándar 16:9 pero que apunta decididamente hacia el formato panorámico, mucho más adecuado para la reproducción de películas y para disfrutar de videojuegos.
También servirá para visualizar las fotografías que permite sacar la cámara iSight de 5 megapíxeles, capaz de grabar vídeo en FullHD y de obtener espectaculares fotografías en formato apaisado ultra ancho con gran resolución merced a la utilidad Panorama, que ensambla automáticamente distintas capturas realizadas en barrido horizontal.
Todo esto, gracias a la capacidad del procesador A5 de doble núcleo que late en su interior y que puede trabajar con gráficos de manera siete veces más veloz que la generación anterior sin que ello suponga una merma de la vida de la batería, que con una sola carga puede ofrecerte hasta 40 horas de reproducción musical y 7 de vídeo.
No faltará tiempo para jugar ya que la tienda App Store acumula más de 100.000 juegos, muchos de los cuales son gratuitos, ni para la interacción social ya que el nuevo iPod touch cuenta con una fuerte integración de Facebook y Twitter de manera que resulta más sencillo que nunca compartir con tus contactos comentarios, fotografías, “me gusta” y retuiteos varios.
También podrás compartir los contenidos almacenados en el dispositivo con otros como televisores en los que ver en pantalla grande películas o grabaciones que hayas hecho gracias a la conectividad inalámbrica que proporciona AirPlay. Fotos, juegos, navegación por Internet… manejalo desde el terminal móvil pero disfrútalo en pantalla grande y escúchalo en cualquier altavoz que cuente con Bluetooth. Para terminar, se ha incluido también el flamante y minúsculo nuevo conector Lightning.
